martes, 16 de septiembre de 2008

El poder del culo


Hola como estas? Como comprenderías no estas leyendo esto por pura casualidad, si es que acaso existe. Tampoco es casual que yo esté en éste preciso momento escribiendo y vos leyendo. La vida o los momentos en el que nuestros cuerpos están en actividad se cruzaron. Se podría decir que solo es obra del destino, si es que acaso existe; pero no. No es casualidad, ni el destino nos ha cruzado. Tampoco es el resultado de una causa-efecto. Ni siquiera es por que Dios nos quiso, de alguna manera, juntos. No, no es fácil de explicar ni difícil de entender. Trataré de que con explicaciones difíciles tengas una comprensión fácil o voy a tratar de que sigas pegado con tus ojos a lo que fui escribiendo. Ahí va!. Me seguís no? Si la respuesta a esta última pregunta es “no” te pido por favor levantes la mirada inmediatamente y dejes el texto, cierres esta página, si lo estas leyendo del blog, me devuelvas la hoja, si es que yo te di para que leas o devuelve la hoja a quien te la paso. Gracias. Ok, supongo entonces que tu respuesta fue afirmativa o simplemente te mataron las ganas de seguir leyendo ya sea por curiosidad o solamente por quedar bien conmigo. Bueno, lo que sea. Te voy a explicar por que estas aquí. Todo es parte de una mezcla de cosas y conceptos que utilizamos diariamente, quizás sin el debido conocimiento de lo que significa. Antes debería explicarte un millón de cosas que están anteriores, pero como veo que estas apurado o realmente muy aburrido comprendo que querés ir directamente a los bifes. Bueno, como sea. El tiempo y el espacio. Las consecuencias de actos, que no son casuales ni responden a lo que llamamos destino, ni la obra de nuestro creador, ni la respuesta-efecto a la causa-lectura, te tienen atrapado a este papel. Es decir hacia falta primero que hubiese un tiempo justo en un espacio preciso en que tus padres, en primer lugar se encontraran. Sí, por culpa de ellos estas aquí. Claro que eso solo fueron consecuencias anteriores, que dentro de su tiempo y espacio, quizás enmarcados en la obra de un destino cruel. Los han juntado quien sabe por que, quizás fue casualidad. Pero ante los ojos del Señor, ellos debieron estar juntos, aunque sea una única vez. Para que?. Bueno. Los dos sabemos que hacen un hombre y una mujer cuando están juntos. De esa unión saliste vos. Debo aclarar que por ahí el que te dio el apellido no es tu verdadero padre, pero eso debes investigarlo vos, sobre todo si tenés ojos celestes y tez blanca, y tu viejo es morocho carbón, de ojos negro azabache. Pero esto, no importa realmente en mi teoría. Como te decía el tiempo y espacio, capaces de contener personas como vos, y como yo, que dentro de lo que llamamos locura siempre estamos a un paso, del paso que necesitamos para llegar a ella. Te estas aburriendo, ya deben haber pasado como 10 minutos de tu lectura, y has comprendido algo?. Si la respuesta indudablemente es “no”. Por favor te pido que regreses al párrafo donde explico lo del tiempo y del espacio. Si acaso fuera afirmativa, quiero conflictuarte en tu gnosis. Si bien sigo afirmando que todo es consecuencia entre el espacio y tiempo. Además te informo, que uno no puede existir sin el otro. No puede ser que cada espacio y cada tiempo distinto se intercalan con los de otras personas, también diferentes. Justo en el mismo tiempo y espacio, de tal manera que las consecuencias sea que vos estás leyendo lo que escribí. Para concluir: ”No estas leyendo por que fue casual que tu espacio y tiempo se mezcló con el mío, o por que el bendito destino nos encontró con un espacio igual y tiempo justo y no fue Dios. La verdad que yo afirmo que vos estas leyendo lo que escribo por puro culo nomás”
2005.-

lunes, 15 de septiembre de 2008

Princesa


No te conozco siquiera de nombre
sólo se que tu piel color cobre,
es un mar donde flota tu navío,
yo solo soy un pez, un pez de río,
que busca el mar, tu mirada.

Una inocente paloma enamorada,
que vuela entre sueños y leyendas,
por que tú eres la princesa, yo el mendigo,
tú comes buen pan, hecho de harina y trigo,
yo las migajas que quedaron de ayer
y que quizá mañana no podré comer.

No te conozco siquiera de nombre,
sólo sé que tu piel color cobre,
desnuda mi mente, descubre mi alma,
y me resulta imposible mantenerme en calma.

Cuando te miro eres una tierna rosa,
y del jardín donde vives, yo soy las malezas,
por que tú eres una niña buen moza
y yo un vagabundo lleno de tristezas.
No te conozco, siquiera de nombre,
sólo sé que tu piel color cobre
y las diferencias, nos une indirectamente,
por que tú no me conoces y yo quiero conocerte
Febrero ,1993

Un poco de todo.

Los locos tienen en la cabeza que todos somos locos,
Pero no todo es locura en ellos, ni en nosotros.
Pasan las horas pensando, o tratando de pensar
Por fuera la sociedad, los tratan de cagar.
Si tan sólo todo fuera felicidad…

No tienen color, y son dueños y se escapan,
Tratan de llevarse lo que alcanzan y un poco más,
Nos dejan sin esperanzas, se van nuestras ansias
Y el final ¿quién sabe cuando llegará?
Si tan sólo todo fuera humildad…

Común, nada lo es, sin ser especial
Por que todos tenemos algo de locos
En nuestra forma de vivir, de soñar
Pero debemos robar como los políticos
Para poder que nuestros sueños se hagan realidad.
Si tan sólo, todo se hiciera realidad…

1994.-

Insolación pensante

La enemistad que nace en mi cuerpo
Produce discusión en los demás
Nadie me entiendo y eso me está matando.
Pero mi muerte es lenta como el amanecer,
Y suave como los pétalos de la flor oculta
Que espera morir a mi lado…

El vacío se condensa en el aire,
Lo aspiro negociando con mi vida,
En el jugo de juegos con calma y soledad.

Peculiar sensación de agonía escondida,
Me estudia sin verdad ni acción,
Como la suave mano de un niño
Que acaricia los sentidos de la emoción
Sin clave de sol, ni melodía romántica…

El vacío entrega palabras sin sentido,
Lo escucho aprendiendo con la vida,
En el jugo de juegos con calma y soledad.

Cuerpo frágil, felino dueño de la noche,
Protégeme en el centro de tu morada,
Para evitar mostrar mi rostro de infelicidad
Embozadas en circos de dinero y odio,
Que dilatan las sonrisas desagradables.

Defunción convincente, empeñada en complicarme
Corazón, sucio por el alma de la confusión,
Déjame y no encarceles mis sentimientos,
Me atragantas con un horrible desamor
Que destruye la esencia dispersa en mis sentidos…

El vacío comienza su camino,
Lo sigo perdiendo totalmente mi vida
En el jugo de juegos con calma y soledad.

Imagen fotografiada por rayos y truenos,
Arena deslizada entre ladridos de dolor,
Perfil persistente alcanzaras tu tesoro
Con la ayuda del veneno que flota en tu ojos,
El veneno me esta matando al mirarte,
Y no puedo escapar del hechizo mágico y fúnebre,
Por que el dolor se hace dulce y placentero,
Se condensa en el sonido que emite tu voz…


Huye terremoto, vete con el calor de tu alma,
escapa de la prisión que tus manos exclaman,
vuela en los sueños de perversión periódica,
y no regreses a este mundo de insolación pensante
después será difícil, escapa… por favor escapa…

El vacío se condensa en el aire,
Lo aspiro negociando con mi vida,
En el jugo de juegos con calma y soledad.

1994.-

Cambios de fortalezas…

Espectros en mi mente
turbio deseo de vivir,
es sucio, dulce y diferente.
Es romántico el deseo de morir…
Escapa, de los límites de mí piel
y se sumerge de la sangre al corazón.
Brota de tu sonrisa una ilusión
y al besarte, me engaño y te soy fiel.
Quizás pueda imaginarte de casualidad;
firmar en el paisaje, o escupirte desde arriba,
Fomentar un buen motivo de maldad
y comenzar a destruirte cuando lo escriba.
Escapo de los límites de la piel.
Tan suave y dulce como la miel
Y al chocar entre cuatro paredes,
doy cuenta que estoy envuelto en redes…

1995.-

Almíbar de locura…

Ocaso del amanecer
comienza un nuevo día
y aunque se que voy a enloquecer
transformare, otra vez, mi vida…
Despierto y en esta pesadilla,
termina el sueño de vivir,
lo mejor está a mas de una milla
y lo peor es que siento morir.
Un motivo, siempre casualidad,
se refugia a la suerte de mi destino
cuando la mentira tiene a la verdad
lo que soy, no tiene ni un comino.
Agradezco mi podrida creación
y el almíbar de este cuento.
un latido cae, forma destrucción
y se me adhiere, como el pavimento.
Amanece el fin de este día,
loco, me acuesto a despertar
de este sueño con pasaje de ida.
Comienzo a enloquecer y a amar.
Transformo la milla en lo peor,
y el latido no deja ni el olor,
El motivo se pudre de mentira
y se termina la casualidad herida,
Soy de verdad un destino
y no agradezco un podrido comino:
el almíbar que cae en el pavimento.
Adhiero mi creación a ese cuento.

1995.-

Ya tu silencio se convierte en soledad…

Te miro, otra vez, te miro.
Como un capullo recién nacido, suave y tranquilo; puedes esperar que calle y tal vez quisieras escuchar más. Que dulce es tu silencio, me hace sentir tu dueño. Tu respiración, es calma, profunda, despliegas toda tu vida e inhalas el perfume de mi habitación que te refugia solo para mí.
Tu cuerpo se desdibuja entre las sabanas y hasta juega con tus ojos seduciéndome con las curvas que te forman; se brinda libre a lo que desee; podría acariciarlos hasta que llagas salgan en mis manos y no me cansarías.
Tu rostro es frágil, es tal vez de porcelana, quizás de una simple diosa romana, pero es tuyo y a la vez mío. Estás aquí a mi lado y por que me sientes como quisiera y como estas ahora no podrías cansarte jamás.
Que dulce es verte así, tan pura entregando tu desnudez a mis deseos, dejándote amar como y cuanto quisiera.
Otra vez, si otra vez te miro.
Pero así como estas nada me puedes dar, nada que quiera de ti; tus caricias, tus besos, tu cuerpo, tu sonrisa, ni una palabra. Así, eres fría, no te siento, quisiera que esto terminara. No soporto estar contigo cuando estas como estas…
Ya tu silencio se convierte en soledad, ya tu ignorancia me destruye y el corazón late más despacio y hasta puede que te diga adiós. Termina con mi vida de una vez, si es que en realidad no me vas a amar, por que aunque no lo creas no quiero verte, si sigues así, como estas…
No puedo seguir así pidiéndote algo que me puedas dar, necesito todo de ti y hasta la vida diaria por un poquito de tu amor, pero no lo mates por favor.
¡Cambia! No te quiero como estas.
Por última vez te miro.
Y veo que todavía sigues durmiendo...

1995.-

sábado, 6 de septiembre de 2008

“…y nos vayamos al infierno. “


Diferencias incalculables pronostican tormentas de discordancias
legibles a mil kilómetros,
yo, tantos conflictos de existencia desorbitada
y vos simplificando la ecuación irremediable de nuestro desafortunado destino.
Ambos entumecidos ante la ignorancia
de una solución a nuestra conflictiva subsistencia.
Desde arriba la ausencia deja marcado
el camino mortuorio de la relación atascada
como empedrado absolutista.
Yacen por fin nuestros cuerpos y en el infierno,
se encuentran para pecar sin consuelo,
desinfectándonos de los declives impuestos de común acuerdo,
en la sociedad ensimismada de malos entendidos.
Es tan lúgubre como el pedido casi insospechable de predicadores
que quisieron revertir la tortura de vivir sin la benevolencia compartida en pareja.
Resumir los sentimientos
es como incrustarse en el alma
una inagotable cantidad de destructivos amaneceres sin vidas.

” Te la hago corta: aunque sea un pecado, te re cago amando … “

7 de Septiembre del 2008.-

viernes, 5 de septiembre de 2008

Piso 14º

A veces mirar para abajo
puede resultar adrenalínico,
sobre todo si estamos parados
sobre un ladrillo flojo en el decimocuarto piso.

A veces saltar puede resultar efervescente
sobre todo saltamos
del decimocuarto piso sin paracaídas.

A veces caer puede resultar significativo
cuando el suelo es de concreto
y la distancia es de catorce pisos.

A veces morir puede resultar esquizofrénico
sobre todo cuando te cae
un boludo que se tiró
del decimocuarto piso.

5 de Septiembre del 2008.-

jueves, 4 de septiembre de 2008

La flor más bella

El aire denso, perplejos de sueños tan vacios,
tan dificiles de concretar...
tu figura, el andar de tu cuerpo tan bello,
tus ojos, magicos y enternecedores,
y esa boca, nectar profundo y dulce
se esconde en la copa de algun árbol caído,
en mi mente, en mi respiración agitada, incontrolable...

Tienes el poder,
sujetas mi alma que cuelga de tus manos
como los hilos de alguna marioneta,
puedes jugar con ella como quieras,
sabes que es tuya, agradezco que no lo hagas
y mantengas tan lejos tus pensamientos de mí,
que aunque duela, se que no me piensas en dañarme...

Me estremezco, me estremece, tu pasar,
el pasado ya lejano que aunque minúsculo lo disfrute tanto,
sin explicaciones, sin malas intenciones,
mio y tuyo,
es algo que pude compartir, y quiero seguir haciendolo,
es por ser tan mujer, tan bella, tan deliciosamente sencilla,
pura y extremadamente viva...

Así concluyo estas palabras,
llenas de intenciones de silencios y de miradas encontradas,
latidos taladrantes que me palpitan dentro al verte pasar
dejarte ir, sin decir con palabras sonoras lo que siento,
me sumerjo en tu pasado una vez mas,
y una vez quiero verte pasar, sin pensar en el porque,
me despido siendo solo el poeta que despiertas en mi,
el pobre vagabundo que vaga en tu hermosura
y se embriaga de tí...

El amor es otra cosa,
o no es otra cosa que amor,
solo sé que existes, siento que se me mueve el mundo
en dirección contraria a la normal,
cada vez que estas,
en mi espacio, en lo que puede cubrir mis ojos,
miento si te digo que puedo controlar lo que sucede,
es algo natural, desear la flor mas bella de todo este jardín...

1 de Octubre del 2006.-

lunes, 1 de septiembre de 2008

De amores…

Fue terrible el mismo día que la conocí, la perdí. La imprudencia mía de quererla conquistar así de golpe, la desoriento mal. La pobre quedó echa puré. Y bueno hay tantas formas de seducción, algunas son tan violentas otras sutiles, pasionales, e indiferentes. En este caso fue instantánea o inmediata. En cuanto puse la mirada en ella el deseo de tenerme fue tan salvaje que no le importaba morir por mí y así fue. El transporte de pasajeros circulaba a 120 km por hora y ella… bueno ella estaba en las nubes no resistió mis encantos y ante una señal mía se arrojo a mi brazos lentamente tanto que el colectivo no tubo problemas de pasarle por arriba. Lo feo de todo es que no pude despedirme, nuestro amor fue fugaz, con la velocidad que tiene un gargajo de vicuña hembra. Cuando aún recogía sus pedazos de la avenida recordaba lo mucho que nos quisimos, nuestros ojos eyacularon tanta pasión que al levantarla sentía el calor entre sus piernas, que por cierto no encontré.
El amor es tan peligroso, uno nunca sabe de quién se esta enamorando y aunque ella no parecía anormal, se notaba que sufría de algún tipo de locura. Entregarse a los brazos de un extraño era exactamente eso extraño. Me animo a decir que hasta peligrosa.
Que fuerte estaba aunque su fuerza no le valió de nada para enfrentar tremenda carrocería. Tuve miedo, por momentos sentía que otros la deseaban, sin ir mas lejos el colectivero quedó conmocionado al verla así tan de cerca. Cuando bajó repetía una y otra vez “que desperdicio, que desperdicio”. Seguro quería pisarla, pero no así. Me arrepiento de no haberle dicho cuanto la quería, como en las novelas llenas de situaciones eróticas y posiciones difíciles. Nuestra relación era difícil, nuestros padres no sabían de nuestro idilio, y al ver sus ojos celestes por el asfalto imaginé que mis suegros no me querrían por que soy mas bien morocho o “oscurecido” como decía mi mama y bueno ellos blancos teta, no pega ni con moco. Y eso era lo que mas nos unía, las diferencias. Ella esbelta, de pechos firmes, aun después de muerta los tirantes del corpiño estaba por reventar. En cambio yo medio deforme o “hecho con pocas ganas” como decía mi nono.
Lo importante fue nuestro amor demostramos al mundo entero que no hace falta vivir una vida para que sea un gran amor. Nosotros humildes y fogosos nos fundimos en miradas perfectas llenas de calor humano. Y ella siempre fue así con todos, en mis momentos de celos pensé estaba mirando al tipo de atrás, pero al verlo bien no, era feo: ojos verdes agua, cuerpo trabajado de gimnasio, y vestido como modelo. Evidentemente ella veía en mí otras cualidades, o para ser más preciso y real, estaba enamorada. Pero tubo tanta suerte, por que no a cualquiera enamoro así de esta manera y después conservo el amor, me pasa siempre y como solo veo otros intereses me abro y dejo que se vayan por el mundo a ver si encuentran un amor como el mío.
En cambio con ella sentí algo distinto, no podía imaginar las mañanas sin tener su espalda desnuda a mi lado. No tan ensangrentada como cuando la subimos a la camilla pero así, tan mía y enamorada.
No aguante perderla, no quise enterrarla. La posta quería enterrarla, pero no a ella, sino en ella. Todo esto me dejo tan convulsionado que no supe que pensar. ¿Por qué me dejó? ¿Por qué se fue? ¿Podré olvidarla?
Fue terrible, y más terrible es saber que estoy enamorado de una mujer muerta. Por lo menos, de recuerdo tengo la bombacha celeste, la huelo todas las noches…

14 de Julio del 2008

Guardarropa

¡Que estúpidos! ¡Creer que el amor existe!
Los ceros nos rodean y se han comprado el mundo.
Los congeladores y los frigoríficos están calientes.
Los deseos. Materiales. Las estructuras y el desconcierto.

¡Que incrédulos! ¡Profesar que Dios existe!
La mercancía espiritual… también es un negociado.
Las cruces cayeron. Los dogmas se diluyeron.
Es frecuente perder y sacrificar para obtener.

¡Que ilusos! ¡Las transacciones humanas existen!
Todo por dos pesos. Mercancía de segunda mano.
Las rosas. Deshojadas. Las espinas incrustadas.
Aquí tienes mi vida para tu pisa papas.

¡Que imperfectos! ¡La medicina que esclaviza existe!
Las vendas, manchadas de sangre, sobre los ojos.
Diagnósticos reservados. Moneda corriente.
Prestamos personales. Estética vitalicia.

¡Que hago! ¡Mis diferencias existen!
El núcleo familiar esparcido en mil partículas.
La correspondencia no tiene remitente.
Soledad. Sin cuerpo de mujer.

23 de Octubre del 2007.-

Pobreza definida

Fue una mañana que entró y me dijo: _ No tengo casa…_ se sentó de lado de una manera seductora, aunque verle la coca verde entre los diente no dejaba nada de atractivo, intentó por un momento hacerme pensar:”si es que acaso podría llevarla a vivir conmigo”; en un absurdo matutino dejé mi mente naufragar en esa fantasía… Fueron instante de necedad infrahumana. Caleidoscopio de irrealidades fortuitas que desbandan de vez en cuando la inconsciencia de no poder volar más que con aparatos pensados para tal fin…

Su pobreza estaba bien definida como la suciedad de sus ropas, que acartonadamente acompañaban sus movimientos, la insuficiencia reflejada en el brillo de sus ojos hacían buscar en la imaginación el inicio de su desgracia. Firmes esperaban una respuesta satisfactoria, sabiendo las posibilidades de echarla a golpes o realizar un acto violento de discriminación en su miedo quizás de algún pasado catastrófico.

A sus preguntas de negocio y la fantasía de mis ganancias monstruosas llegó la reflexión: “era verdad que tenía mucho más que ella, que comparando era multimillonario”. Eso la hacían intimidarme en mi solidaridad y egocentrismo despectivo de consecuencia existenciales de la cual no fui participe y de la que no me quise hacer cargo y mucho menos en ese momento…

Todos nos preguntamos: ¿Por que guerras y miserias humanas, cuales son las injusticias que envuelven al mundo y hacen que estas desigualdades sean cada vez mas evidente y mas notorias, inevitables? No escupo nunca al cielo, pero quisiera que caiga algo del arriba para aquellos que no tienen y presentan insuficiencias que llevan a la locura y enfermedad…

La imposibilidad de ayudarla en todo sentido, me hizo mirarla una vez más, detenía mis ojos cual fotógrafo, escultor o dibujante artístico, y en todo su esplendor el hambre y la falta de bienes esenciales de subsistencia se hacían notoria; esquivo pensaba en la forma de que se vaya de manera tranquila y pacífica, sin darle nada por que me sentía peor que un discriminador al mostrarle que yo si tengo para regalar y ella no… Quizás estoy errado en mis convicciones pero por lo menos no quería echarla, no ser otro humano “común“ y dejarla estar cuanto quisiera era mi plan más cercano en mi colaboración a una sociedad diferente…

Esa mañana, cuando partió con tranquilidad y casi una sonrisa desdibujada en el rostro, después de decirle fuese al “Ministerio de Bienestar Social”, por que allí la ayudarían; esa mañana reafirme la impunidad y las diferencias sociales que nos están matando.
¿Cuando terminarán?

26 de Marzo del 2008.-

Burbuja

¿Y, te fuiste?
Las nubes taparon el sol y los lentes oscuros no me dejaron ver…
Castidad de luces antagónicas que opacan ministerios de minutos perdidos.
No quiero que vuelvas, desierto en las mañanas despierto jugando con pesadillas de tiempo compartido sin temor de volver a empezar.
Prefiero ser juguete de la inevitable, a tu ausencia incrustada en mi costado y verte con los ojos de mi espalda acercarte a la estatua de la Libertad.
El rostro humedeciendo el reloj y las agujas transformando el piso en llamas.
Distancia del dolor, el grueso de una pelusa naufragando en el aire tácito, como el sonido alguna sonrisa, producto espontáneo en compañía.
Simplificando: al volver, no dejo vestigios de mi andar y el camino al compás de una burbuja imaginaria explota en el océano.
Cajas vacías de moños rojos y esperanzas verde oscuro.
Como el escarabajo, guardo lágrimas silenciosas en mi aleteo molesto
Escondo el corazón dentro de aquél baúl que nunca tuve.
Entonces se muere en la intemperie de tu retirada.

27 de Agosto del 2008.-

“La despedida”

De Ariel Sebastián Posse Varela

Me despidieron. Es verdad que yo merecía toda una fila de empleados con carteles con mi nombre; o con letreros de “buena suerte”; “éxitos”; “no vuelvas mas”. Lo cierto que de la viejita no me acuerdo mucho, recuerdo: Era una sola bola de arrugas peleándose, en el rostro o colgándole del brazo como una fila de lianas vírgenes de una selva tropical.
Trabajo hace 17 años en el mismo supermercado. La empresa del nunca acabar. Negocio redondo. La historia sin fin. En los días pico como navidad o comenzando clases no se podía laburar. Realmente era un infierno de gente. Toda aglomerada buscando cosas que a veces no le hacia falta. Esa era la forma correcta de llevar un buen supermercado, había que ingeniárselas para que la persona que, hasta por casualidad haya entrado, se lleve aunque sea un pedazo de mierda envuelta o pedazos de bosta saborizada, con olor a frutas tropicales.
Mi trabajo específico era la parte de los lácteos y los huevos. Ya me había acostumbrado a los clientes. Por que hay que tener paciencia de cura para aguantar a esas personas desesperadas por consumir lo que fuere. No hubo persona alguna que entrase y no llevase algo, era una premisa de esta abacería. Cuando nosotros, cada uno de los integrantes de esta comunidad comercial se les ocurrió empezar a trabajar aquí, recibió un curso de capacitación para encajar cuanta cosas se nos ocurriese, para que el cliente abandone parte de sus ingresos en nuestro local.
Estábamos entrenados. Era casi una obligación que los parroquianos malgastaran dinero. ¡Fortunas! , montañas de dinero, se depositaban en las manos de los cajeros. Y era la desesperación que imponíamos. Todo lo que nos rodeaba tenia un objetivo principal: “El consumo masivo”, desde el color rojo chillón de los carteles hasta las rayas que se formaba en el piso por lo rustico de los azulejos. Todo, el olor por sector que se desprendía antes de abrir las puertas. Rociábamos olores. Los clientes por medio del olfato recordaban la necesidad de consumir lo de cualquier góndola. Por ejemplo, Si estaban frente a las cajitas de salsa de tomates entonces se impregnaba el lugar con olores de salsa portuguesa, salsa napolitana y hasta las que inventaban Graciela que era la encargada de los olores que hacia referencia a cosas saladas. Claro nadie sabe que su eficacia salía del olor a chivo que tenía ella, más aroma a sal. La mezcla era perfecta.
Entonces el consumidor al instante, le entraba el recuerdo, la añoranza de momentos compartidos con sus seres queridos en los almuerzos de los domingos, o días feriados, o cuando le hicieron la broma a la vieja: de que el menor de los pibes se había accidentado y para mostrarle las heridas de sangre embadurnaron de salsa al mas pendejo, mientras este gritaba desaforado, exagerando al máximo, intentando el paro cardiaco o la suba de presión en la victima de semejante chasco.
El que era fantástico a la hora de los olores era “el cubano Mansilla”. Era un experto en la creación de fragancias, aromas, esencias. Aunque en realidad su sector se encargaba de las pestilencias, hedor, Hediondez; ya que los utilizaba para vender trapos de piso y elementos de limpieza. Entonces era todo un maestro en la creación de vómitos humanos o de perros, diarreas, carne en mal estado, etc. Hasta imitó el olor de “La juanita” ese insecto inmundo que todos hemos tenido las desgracia de pisotear alguna vez. O el olor de “El zorrino” otro de los olores pestilente que no queremos olfatear, ni recordar.
Mi sector era una tortura, el olor de colesterol y cosas hechas a base de huevo o leche, desde un biscochuelo hasta el olor a vaca de campo. Un espanto. Entonces las señoras recordaban el primer cumpleaños de la nena, o ese fin de semana en el campo cuando al marido se le ocurrió hacerlo al aire libre y lejos de la casa. En medio de bosta vacuna. Cuando la hizo rumiar como condenada. De tanto en tanto la sentíamos suspirar con los ojos perdidos.
El ortivo que se encargaba del olor de este sector era Luís. Trampero por demás. Era verdad que conseguía el olor preciso pero lo hacia chupando licor de huevo y eructaba de corrido antes de que pase el supervisor. Y hay en medio de ese espanto trabajábamos nosotros, Javier y yo.
Una especie de “Superman” de historieta con la criptonita al lado porque me ponía de color verde a veces el olor y Javier. Ni bien lo conocí supe que no iba andar, no teníamos “Filling”, no había conexión entre nosotros. En lo laboral digo, un hijo de perra, como compañero de trabajo. Afuera, otra cosa era bueno. Que como yo vino a trabajar a este estupido lugar solo por que no tenía muchas ganas de buscar. Aquí aceptaban de todo, basta con el espíritu emprendedor de querer progresar y ya estabas adentro. Aunque los que progresaban eran los dueños. Los que se van. Y los clientes que vos veías a menudo.
Como la vieja esta. “La culpable” como le decía yo. Ni bien la veías a menudo te daba ganas de preguntarle por Tut Anj Amòn, que de seguro que lo conocía y no por los libros de historia precisamente. Las pasas de uva eran lisas a comparación, y se notaba que la Vieja lo sabía, por que las facciones de su rostro era una torta mal adornada, uno se la imaginaba con la cara aplastada por la plancha tratando de solucionar algo. Con maquillaje de los caros, lo que ella mismo creería que le iba a ayudar a esconder los siglos de vida que cargaba en esa carita de mujer adinerada. Se notaba que tenía mucha lana. Lo menos que le brillaba era los ojos, y seguro por que ya debe haber visto de todo la anciana, desde la creación de la rueda hasta la primera brújula.
Lo que necesitaba el Vejestorio este era eso: ¡Una brújula! Estaba más desorientada que un barco en medio de un maremoto, y la pregunta que nos hacíamos todos era como sobrevivió. Por que con el carácter que tenía daba ganas de matarla al instante. Claro que nosotros soldados bien entrenados solo sonreíamos ante su presencia. Previo intento de fuga masiva. Cualquier pretexto era valido para emprender la retirada, la huida hacia cualquier lado con tal de no atenderla. Cuando digo que con Javier no me llevaba muy bien, porque así como estaba la vieja hay toco de personas que no son agradables para atender. Y Javier en esta ocasión me la mando a guardar. Me la hizo como quiso, y se la jure hasta la muerte. Porque yo varias veces lo había cubierto con “El Gordo Gonzáles” ese ser despreciable, por donde se lo mire. Pensaba que por que tenía una camionada de guita nos podía llevar por delante. Pretencioso de las miradas te diría, hasta se sentía modelo. Le gustaba seducir con su dinero y no perdía ocasión para mostrarle al resto de la concurrencia, y sobre todo a las mujeres asistentes que tenia una fortuna. Y en medio de sus discursos cotidianos que: Era separado y no tenía con quien dejar a los tres pibes de edad escolar, por supuesto asistían al José Hernández donde le brindaban la mejor educación de la provincia. Que ya lo habían dejado cinco niñeras porque según el pretendía mucho mas de lo que le brindaba. Sabíamos que aparte de obeso era bien amarrete y de seguro les pagaría una miseria. Nos dimos cuenta cuando exageraba al momento de pelear por los precios, que claro por ninguna razón debíamos bajar.
Entonces en el mismo frente de batalla estábamos los dos. Pero en varias ocasiones, en las situaciones más incomodas Javier, sagaz utilizaba métodos indescifrables casando excusas irrepetibles que no dejaban defensa alguna a mi favor y yo como buen boludo lo dejaba escapar y recibía los cañonazos a pecho limpio. Era torturante, es cuando te das cuenta que el curso de “Atención al Cliente” es toda farsa, que los ejemplo que se utilizan no tienen nada que ver con la realidad como con José. Santiagueño. Aunque no era del todo mentecato, atenderlo era como estar esperando el final de una misa. Viste cuando entras a la Iglesia un Domingo, día de descanso, día de fútbol, día de un buen vino para asentar el flor de asado de cordero que se te dio por morfar y estas ahí, sentado al lado de tu señora, arrodillada a tu lado, con los ojos cerrados, haciendo fuerza, y de vez en cuando deja caer una lagrima. Lagrima que por supuesto son de cocodrilo. Por que vos sabes muy bien que la tarada el único pecado que cometió fue haberse casado con vos. Y aunque los pecados los terminas pagando vos, ella rezando para que cambies lo tarado que resultaste ser. A veces con el auricular escondido, fingiendo que tenés una terrible comezón en la oreja izquierda. Pegando un pequeño saltito ante un posible gol del “Lobo Jujeño” . Repitiendo “Amén” mil veces y cada vez mal alto para que el maldito cura se deje de joder con sus discursos celestiales.
Bueno con José era así, una eternidad y lo mas gracioso es que casi nunca compraba nada. Ya sospechábamos que era un espía comercial que solo venía a asesorarse sobre los precios y alguna que otra novedad, o algún método para encajar mercadería. Pero no. El “Origen”, el problema era el “Origen” el zapallo este era de Santiago del Estero y medio que hablaba y medio que seguía soñando. Por ahí te preguntaba el precio de algo demasiado caro y te pedía entre seis o siete kilos, y claro nosotros abríamos los ojos como gato pisado en la cola, y ante la duda nos dábamos cuenta que semejante solicitud no es más que un episodio más de los sueños diarios que sufría este hombre. Entonces entre asombro y asombro, entre que le creíamos y que soplábamos la cara o le traíamos un vaso de agua para que se despierte y se apure. Toda la fila era un mar de puteadas hacía nosotros. Claro, por que la culpa por atender a todos estos pelotudos era nuestra. Maldito sea el que dijo:” El cliente siempre tiene la razón.” Nos cagó la existencia, y seremos culpables de todo aunque de solo verlos nos de ganas de asesinarlos, pero con una muerte lenta, usando las torturas mas dolorosas y sanguinarias.
Cualquiera que lee mi historia puede decir pero este pibe esta totalmente enfermo, y la bronca que le agarró a la pobre señora esta no tiene ninguna justificación: “Mentira”. Debo admitir que la vieja no era tan mala. No. Era hincha pelotas. Se dignaba a hacer todas las preguntas posibles sobre algún producto. Y siempre tenía excusas para no comprarlo. Pero no era como José, no. Sino que al ser tan vieja tenía tantas enfermedades como camino andado. Justificación válida para hacer comentarios de dos o tres pormenores de sus dificultades. Y ahí de nuevo, la fila con cara de orto maldiciendo a todos los geriátricos del mundo por dejar escapar el espécimen éste.
Tengo que ser sincero con ustedes. La mujer añeja me daba pena. Y así como ella en la fila había otro toco de terribles hijos de sus respectivas madres. Entonces para joderlos de entrada la atendía con cordialidad, escuchando con atención, aguantando sus recuerdos arcaicos, de cuando no había pornografía en la televisión y la violencia que se ve hoy en la calle, los robos, las carretas y el hombre en la Luna. Las ganas contenidas de mandarla de un solo patadón a la misma mierda, hacían de mí un verdadero Héroe.
Pero claro eso lo los jefes no lo ven. Que carajo pueden interesarles este mueble antiguo, si fuera por ellos la meten en una subasta de cosas rancias y ven que porcentaje pueden sacar.
Ya de entrada escuchaba las quejas y la vieja empezó con su discurso cotidiano, y como realmente no había mucha gente en la fila me dispuse a atenderla. Paciente. Tranquilo. Teniendo cerca un martillo para cascarme algún dedo a ver si me contenía y aguantaba las ganas de mandarla a la reputísima madre que lo parió. Hasta le hacía chistes. Le preguntaba por la familia, que no me interesaba un comino. Entonces como sospechando me miró distinto, con esa mirada que se dan los competidores de carreras de autos, antes de que flamee la bandera de largada de la zorra que está delante de los autos. Las grietas de la cara se le movieron de lugar, una sonrisa de psicópata se le dibujo en el rostro y se preparo a joderme la vida, como jugador de fútbol americano frente al oponente que debe derribar. Le agradaba, por que la muy malvada sabía que lo hacía por obligación y más me gozaba. Podía verse de tanto en tanto la dentadura postiza entre los labios. Moviendose de gusto. Tratando de esconder la sonrisa sarcástica. En ocasiones dejaba caer un hilo de baba. De placer. Revisando que no se me escape mueca alguna. Mientras temblaba y fingía impedimentos para acomodar la mercadería en la bolsa.
La mano la tenía como guante de Baseball, mis ojos ya dejaban caer lágrimas de dolor. Las malas palabras se entremezclaban en el diálogo. Perdía conciencia por momentos, me imaginaba arrastrándola por los pasillos, limpiando el suelo con su cabeza. Abriendo latitas de puré de tomates con su dentadura, y con la dentadura puesta. Imaginaba que le perdía fideos “Spaghetti” en la nariz hasta hacerla estornudar. Y lavarle el nazo con lustra muebles. No saben lo que daría por acostarla sobre el mostrador, y bailarle un tema de música celta de dos horas, por encima.
Pero no, el tumulto artrosico y artrítico se esmeraba. Era casi una pelea cuerpo a cuerpo. Lucha libre. Ganaba el más irónico. Una lucha batalla por ganar entre “La buena atención” contra el lema “Respeten a los ancianos”. No podía ceder. Sentía que estaba en juego mi honor. No podía ser vencido por la telaraña. Arpía. Hoy estaba inspirada. Y yo. Calmo. En la desesperación me descalce y metía los dedos del pie en los enchufes para armarme de paciencia.
El olor a licor de huevo y el perfume del vejestorio me estaba dando vuelta el estomago. Por momento me daban ganas de vomitarle en la cara. Por puro placer. Después que me echen si quieren. No sé como hice para contenerme las ganas de escupirle un poco de crema de leche que había desayunado.
A todo esto se acerca Ernesto, el cuida. Encargado de la seguridad de los consumidores ¡Sí! Seguridad del consumidor. Por que si fuera por todos los empleados cerramos las puertas y le prendemos fuego. Encima se los protege a ellos, y nosotros como ballena en Japón. Alcahuete, como ninguno. Me tenía bien junado. Y claro me imagino la cara que tenía yo. Miraba de reojo los cuchillos salameros y sonreía de costado, un esfuerzo que solo realizan los valientes. Y el tipo este cayó como anillo al dedo. Se la tenía jurada yo. ¿Viste cuando una persona no te cae bien y tenés que tratarla de todas maneras? Acechaba sabía que algo podía pasar. Algo que me perjudique. Viendo que la fila se preparaba a arrojarme los carritos encima, no se hizo el gil y se quedo cerca cauteloso.
Fue entonces que la veterana me hizo el último pedido, llegaba entonces la despedida, el final: _¡Por último dame una docena de huevos!_ los huesos de la mano izquierda le sobresalían de quebrados, la carne le colgaba como ropa tendida de un alambre.
Respire aliviado: Comenzaba una nueva cuenta regresiva hasta la próxima vista. Ni Ernesto. Ni la Doña. Ni Javier. Ni la fila. Ni yo. Podíamos creerlo: Todo estaba en Paz. El perfume de la victoria había llegado. Capaz que tanto olor me embriagó y ahora como José estaba en un tremendo pedo.
Entonces fue cuando dije, como quien deja escapar una golondrina gris y entregándole el último paquete con cuidado: _Vaya, doñita, vaya. Y por favor no me rompa los huevos…

FIN

13 de Octubre del 2008.-

Cuatro elementos

Tu amor es como el agua…
Tan lleno estoy por dentro de ti
Y eres tan necesaria para vivir
Y sin embargo se me escapa entre los dedos…

Tu amor es como el aire…
Tan lleno estoy por dentro de ti
Y eres tan necesaria para vivir
Y sin embargo no puedo retenerte en mis manos…

Tu amor es como el fuego…
Tan lleno estoy por dentro de ti
Y eres tan necesaria para vivir
Y sin embargo no puedo rodearte con mis brazos…

Tu amor es como la tierra…
Tan lleno estoy por dentro de ti
Y eres tan necesaria para vivir
Y sin embargo nunca podré darte un abrazo…

Tu amor es como los cuatro elementos…
Tan lleno estoy por dentro de todos ellos
Y son tan necesarios para vivir
Y sin embargo es tu amor lo que quiero…

5 de Diciembre del 2007.-