Fue teniente coronel.
Igual, el miedo de matar y de morir desagotaron sus ojos.
El pasado, condena que le regalaron bañada en sangre,
desgarra hasta el aire que lo ayuda a repetir semejante pesadilla.
Quien sabe cuantos muertos lo visitan por la noche,
y cuantos vivos lo quieren ver igual de muerto.
Hoy pararía las balas con el pecho,
con tal de no volver a sentir la muerte tan cerca.
De nada le sirvieron las medallas y el recocimiento,
De nada le sirvieron las medallas y el recocimiento,
hoy se deja acurrucar por las estrellas y el alcohol,
en el frío de la noche se pierde el sentido humano y sus ganas de vivir.
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