miércoles, 18 de noviembre de 2015

Biodegradación humana

Es posible creer en mañana, creer que las cosas pueden ser diferentes es posible.

Morir por una causa tiene valor hasta que la muerte se concreta.

El hecho de morir te deja sin valor, tu cuerpo pierde su valor.

Es el olvido lo que no tiene precio si te olvidan es que no hiciste nada en este mundo por cambiarlo.

A quien corresponda...

Quiero decirte que no has hecho nada para matarme pero estoy muerto, no has hecho nada tampoco para evitar mi muerte porque no dejé que lo hiceras. 

El hecho de que me deje morir es simplemente porque no hay nada que me permita vivir, nada que me dé vida, me haga sentir vivo.

No soy importante y lejos estoy de querer serlo, no soy imprescindible y soy olvidable, soy tan efímero como el recuerdo y quizás sea mejor no recordarme...

Me voy a otro estado, elijo no estar, me permito la ausencia y la muerte de compañera, y te elijo a vos para entiendas que "sí"podés hacer algo para evitar otra muerte olvidada como la mía...

Hay mucha gente como yo que no encuentra su lugar, que no encaja, que no pertenece, que se abstrae todos los días, en un mundo violento que lo contiene y necesita de vos y de otros...

Hay muchas enfermedades, hay mucha muerte dando vuelta, yo estoy enfermo de ausencia, de olvido, de soledad, de principios, de sueños inútiles, de logros sin sentidos, de victoria inertes...

No importa lo que hacemos ni lo que podemos hacer, importa estar para decidir cual camino tomar y yo me canse de caminar y quiero compartirte mi partida, mi desarraigo, mi cable a tierra...

Te encomiendo que todos los días mires y observes, oigas y escuches, sientas y percibas a todos los demás siempre hay alguien que puede necesitarte o a quien puedas decirle que vos también te cansaste de caminar...

martes, 22 de septiembre de 2015

Paréntesis vital


No hacía falta las palabras pero una a una surgían para embellecer el momento. La eternidad se hizo pequeña, los mundos se convirtieron en esferas diminutas, las montañas en partículas de arena y los ríos en charcos que cabían en una mano. Éramos juntos. La unión nos hizo gigantes y de pronto el universo yacía debajo de nuestras caricias y se escondía de miedo a que sucediera un nuevo bigbang.


Dejó caer su alma en mis brazos, sublime fue extraer del tiempo un pedazo y disfrutarlo con la intensidad que tiene el aleteo de un picaflor, con la belleza de hipocampo enamorado, con la fuerza de un huracán caribeño.


Verla bailar entre sueños y fantasías hecha realidad, descuidando las inclemencias de la suerte fortuita y elevando al máximo la existencialidad envuelta en un charco de belleza extrema, tan significativa que si el mundo hubiera explotado en mil pedazos no hubiéramos percibido siquiera una simple brisa...


La amé con toda mi alma, deposite mi corazón herido en una bandeja recubierta de anhelos y le pedí que hiciera con él castillos poderosos lo suficientemente fuertes como para enfrentar su ausencia, sin presentir que alejarme de ella condenaría mi esencia a ser un cúmulo de desperdicio humano, sin vida, sin sentidos, de ser o existir.

Al menos sentí, al menos puedo creer que el sendero que la vida marcó en mí, tiene un mundo de paz y de luz. Fui libre y volé con su mirada, fui único y cada átomo implosionó para salir despedido por el espacio, me estrellé en los momentos más hermosos de mi vida y cada herida fue sanada con sus besos.

sábado, 27 de junio de 2015

No puedo con mi genio.



Frote una y mil veces la lámpara mágica, moví de mil formas la varita, mezcle ciento de pócima en aquella olla, no conseguí nada.

Dicen que olvidarse de amar es como dejar de respirar, tengo en el pecho un anotador de piel que me avisa cuando esta próximo el dolor de un amor profundo.

Es cuando necesito que algo mágico, me haga olvidar ,puedo amar y sufrir, gozar y perder...

No puedo con mi genio, y me enamoro, y entonces la magia de amar me convierte en un hechicero y la fuerza del amor en la víctima perfecta.

No hay magia más oscura ni gualicho perfecto que pueda evitarlo, el amor se instala en el aire y respiro amor.

Entonces con la lámpara me sirvo un té, con la varita dibujo corazones rojos, y la olla me sirve para cocinar.

Dicen que amar no tiene sentido, que el amor no tiene fundamentos, ni poder alguno, en realidad...

Pero todos sabemos que no hay magia más viva que la de amar y ser amado.

miércoles, 7 de enero de 2015

Dos



Levantó la vista y miró a su alrededor. Nunca creyó en el destino. Jamás. Detestaba a las personas que se sentían autoinmunes con ese pretexto. 
Sin embargo, ella, yacía a su lado desnuda, exhausta por una noche de placer. 

El esta seguro que nada hizo para conocerla. Nunca la imaginó y mucho menos fue un deseo. Y ahora ahí estaba, con el cuerpo transpirado y lleno de preguntas y deducciones, con la que podría ser el amor de su vida o una historia de pasión incondicional. 

Ella lo miraba. Aún sabiendo que él no era quien decía ser, lo veía diferente. Creía que nada de lo que había pasado, había sido porque sí. Lo que comenzó con una conversación en un bar terminó en un encuentro del tipo clandestino en el que dos fuegos ardieron fuerte, libres. 

Aquella primera tarde, quisieron creer que una realidad entre los dos podía ser posible y se lanzaron a la aventura. Sin embargo, había algo en la mirada de él que en ella despertaba cierta intriga.

No tuvo dudas entregándose en sus brazos, tampoco al aceptar su propuesta indecente. Ahora era demasiado tarde para dejar que las preguntas lleguen a su cabeza. 

Se habían amado, sin saber que eso era amor. Se entregaron sin pedir nada a cambio. El tiempo pasaba lentamente. Ella posó su mano sobre el muslo de su amante. Forzando un contacto natural, como una muestra de agradecimiento. Nada tenía sentido, el lugar, el clima, el momento en sus vidas. Todo era muy extraño pero ninguno le importaba. Los miedos esa tarde fría volaron lejos. Fue la excusa perfecta para desaparecer del mundo por una horas y ser gigantes, imparables, amantes perfectos sin cambio cierto, sin destino marcado.

Él beso su boca mientras entrelazada los dedos de su manos con los de ella, y le dijo "gracias". Ese fue un "gracias" que significaba mucho más que lo que aparentaba. Ese "gracias" salía a voz viva de un corazón que había vuelto a creer. En ese instante, ella sintió que todo lo que había sucedido junto a él, había cobrado un gran impacto en su vida. No sólo por el hecho del momento en sí, sino porque supo animarse a dar el gran salto. A dejar atrás una historia que la tenía prisionera desde hacía tiempo. 

Él fue su salvador. 

Era hora de la partida, la distancia entre ambos tomaría dimensiones infinitas. Ya no eran los mismos, las cosas tendrían pesos diferentes. No era una relación, nada los ataba y eso era exactamente lo que ambos estaban buscando. 

Mientras se despedían el fuego aún quemaba sus pieles. Él prometió entregarle una tarde más, reservaría su cuerpo para el calor de sus manos, esas manos que acariciaban su rostro como nadie más. 

Ella lo miró sonriendo. Lo abrazó con una fuerza que sólo podía haber salido directa desde el alma y le devolvió el agradecimiento con un último beso. Ella dejó atrás los fantasmas que la acompañaban y aceptó darse así misma una especie de nueva oportunidad casi sin pensar demasiado. 

Ambos habían elegido el mismo camino y eso que nada los ataba al principio, terminó siendo el inicio de una verdadera transformación. Ellos no cambiaron. Seguían siendo los mismos, la esencia de cada uno se mantenía intacta. Habían encontrado su norte, la luz en medio de la oscuridad. No necesitaban más que el calor del otro, su compañía no tenía valor. 

Estaban solos, dentro de ese mar de personas que los rodeaban, no pedían nada más que los encuentros se repitieran, cuándo debía ser. Eran felices así cada uno en su mundo, en la misma constelación, girando en el asfalto de días inmaculados. Nunca se dirán que se aman por que creían en las supersticiones, aquello que se dice no se cumple, aquello que se anhela no se cuenta. 

Prefirieron dejar que las energías, o aquello, la fuerza que los había unido los dejará en medio de mil certezas, se volverían a mirar sin culpas, despojados de excusas, de toda vergüenza. Como reflejo fiel uno en el otro. Justo allí, se habían dado cuenta, ser maestros y aprendices significaba lo mismo. Eran "eso y más", presente que compartieron como sueño de miel. 

Llegaron a ese punto donde el creer fue posible y las ausencias de otros tiempos perdieron valor. Quizás fue un instante. Pero hizo que la vida pase a otro plano, que sean invitados privilegiados en una fiesta con final incierto, poco racional pero decididamente poética. 

Aquella celebración los había envuelto en un tierno capítulo que renacería en un dejavú eterno. Si acaso el tiempo lo permitiera. O el destino incierto.

Escrito con Edith Lorena Cruz