Tocarás a la puerta y nadie atenderá
Los muertos se ríen en el sofá. Ya no hay magia.
Quisieran estar vestidos de sonrisas sinceras,
Mas, en el sitio oscuro de su alma se encuentran
Sus gritos desnudan la noche y el silencio se aferra al viento
No habrá más salida que la de sus propios cuerpos al rozarse
Entre espinas, clavos y vidrios
Dejando una huella de sudor, dolor y placer
Y también espectros que los colmarán de frutos y luces
Hasta que reventarán y serán irreconocibles bajo la tierra.
Hago mías las palabras de los muertos,
Esos payasos que hace mucho han dejado de sentir
Y agitarse en falsos carromatos.
No hay magia, repiten, se muerden los labios
revierten sus mundos encerrados, mutilados
En frascos absortos de vida, observando la nada
Que no va, ni viene, que es y no es
Y sin embargo, lo colma todo, hasta las venas.
Con el negro de su suerte y lo colorido de su putrefacción
Fuerzan un desnudo de pasados
Para poder lamer los límites hasta borrarlos
Para poder palpar las rejas hasta estremecerlas
Hundiendo en el vientre orgasmos sin destinos
Eyaculando montañas, montañas, montañas de silencios
Afonía de puertas, payasos, magia, carromatos.
Se carcomen para arrebatarse lo que les queda de tiempo
Giran como pedazos de carne, maquillados de lágrimas y risas
Los trajes sucios de codicia disfrutan de la materia ajena
Como si fueran hacedores de enredos calcados
Como si partieran el sueño torturador de sus deseos
Cabalgando al revés, disfrutando la agonía plena
Con los zapatos doblados en tres, y la peluca rebalsando por los costados.
La mueca es la de los falsificadores de polvos
dispersos sobre un mantel reluciente de lodo.
Y los gusanos, de festín, se provocan para ver quien come más
Ríen, su suerte esta cubierta, nunca nada les faltará
La música de sus propias muecas se disfrazan
la sensación de desatino que se forja los atraviesa
jugando a los palitos chinos con las costillas carcomidas
y con los ojos, un tiki-taka mudo
saltando en pedazos al menor movimiento,
balanceándose sobre su sonora piel
penetrando la endeble roca que encierra su tórax
dejando huellas, marcas profundas en sus nirvanas
explotando al máximo la mierda de su existencia.
Respiran, deambulan y se convencen.
Sin magia, sin sepultura, sin montaña.
Cadaver Exquisito
Escrito por Pamela Stemberger and YO
Escrito por Pamela Stemberger and YO
No hay comentarios:
Publicar un comentario