martes, 18 de agosto de 2009

En vista…

Se imaginó sobre el trapecio, el vaivén de su cuerpo. Colgado y con la vista reconociendo las comisuras del suelo. Mientras miraba la ventana, su imaginación no le permitía actividad alguna.
Perplejo y austero, débilmente se entregaba a lo cotidiano, a lo permitido. Incluyó en su vuelo, cinco pelotas de colores recorriendo el aire, su vista imaginaria también, se trasladaba con cada una de ellas.
Ahora el vuelo de algún pájaro lo distrajo. O lo volvió a la realidad…
Siempre que podía volaba con las aves que pasaban a su lado; el aleteo de sus alas, siempre imperceptibles, lo llevaban lejos, muy lejos…
Aparcaba con la naturalidad de las aves zancudas, con la displicencia de pájaros silvestres ,las copas de cuanto árbol tenía cercana eran lugares conocidos por él. El barco de su mente bordeó las figuras dominantes, tanta gente muerta caminando por las calles.
Tantas cabezas cerradas, vacías, absortas de belleza y pureza vital. Una vez aterrizado, desplegó su cuerpo contra un circulo de madera.
Eran quince cuchillos y tan sólo catorce llegaron a destino final. El decimo quinto le abrió de par en par el pecho, saltaron sus partes por todos lados, la agonía fantasmal lo despertó. Una vez más estaba vivo…

18 de Agosto del 2009.-

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