martes, 11 de mayo de 2010

Agua dulce!

Así fue que llegué a remar contra la corriente,
con el pecho abierto y entregando el corazón.

Mil palabras naufragando sobre tu cuerpo,
recorriendote toda y abriendo senderos nuevos en el mar de tu pasión.

La olas rompen contra los riscos que te resguardan.

Un surco de agua caliente te penetra,
flotando llegan hasta tu almohada,
y en tus sueños se evaporan de la emoción.


Surfeando en las aguas de las mentiras,
encuentro una cascada de ilusión.

Me dejo ahogar por tus silencios
y espero en la orilla
congelado por la arena de la perdición.

Sumergido por completo,
me diluyo, me derrito, me humedezco en el océano que nos separa.

Que horrible sensación!

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