Teófilo, una hormiga obrera,encargado de descubrir nuevas rutas para su colonia estaba retrasado y con mucha preocupación. Corría entre los pastizales, entre las enormes piedras, sorteando charcos gigantescos, sofocado por el sol y empujado por el viento.
Los nervios lo engañaban, perdía el sentido de orientación, temía no llegar a tiempo, no cumplir sus objetivos, decepcionar a la colonia, perderse en el camino.
Francisco, obrero de la construcción descansaba bajo la sombra de un árbol.
Teófilo necesitaba ayuda, el mundo se hacía cada vez más y más grande, luchaba a cada paso, su vida era un caos...
Francisco, se puso de pie.
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