martes, 20 de abril de 2010

Refugio de Mentiras




Amontoné mis huesos y la carne vencida,

en la esquina de las convicciones,

sin esperanza de encontrarte,

con los ojos humedecidos y mis labios sospechando 

alguna palabras del porvenir.




Arrojé los músculos y todas mis fuerzas

en alguna alcantarilla sucia por imágenes

que te muestran como algo que no eres realmente.




Fría, seca, muerta, insensible, la noche muestra su lado tierno

mientras carcome mis sentidos de forma vulgar...

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