Rasgan, con andar ligero,
cual caracol maratónico,
sin camino sedoso
por detrás,
las agujas, el pasado y las grietas,
adornadas con deseos inconprendibles,
perdido,
como la calma en la tormenta,
está nuestro tiempo juntos,
dejando de ser nuestro,
volviéndose un tiempo atrás.
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