miércoles, 26 de noviembre de 2008

Celda…

Empalideció, como fuego de espinas, su rostro se transformo en un canal de viejos recuerdos.

El amarillo de sus facciones recorrió como una tormenta de agujeros su pasado.

Después de dudas y penas revividas, el tiempo se ocultó detrás de sus ojos y una sonrisa casi imperceptible se pronunció como un tubérculo efervescente.

Se le antojó gritar entre cejas pero sus labios se fruncieron en un espantoso abrir y cerrar hasta agotarlo.

Hizo catarsis de manera gutural y hundido como plomo en el mar bifurcó los distintos lapsos.

Encontró en sus mano líneas nuevas, y con ellas dibujo en su frente orbitas desalineadas.

La guarnición del momento resultó ser tan gratificante como perdurar en la hipnosis deportando su mal estar.

Entre ventanas cerradas, puertas con llaves y candados; encerró cada miembro, cada latido en una lata de durazno al natural.

Afuera la vida, dentro el aposento de sus errores anidaron como para quedarse por mucho tiempo.

Si la muerte rondará cerca seguro se dejaría llevar. Confiando de que algún día su cuerpo libre sentirá que todo sólo fue una pesadilla.


16 de Abril del 2008.-

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