lunes, 1 de septiembre de 2008

Pobreza definida

Fue una mañana que entró y me dijo: _ No tengo casa…_ se sentó de lado de una manera seductora, aunque verle la coca verde entre los diente no dejaba nada de atractivo, intentó por un momento hacerme pensar:”si es que acaso podría llevarla a vivir conmigo”; en un absurdo matutino dejé mi mente naufragar en esa fantasía… Fueron instante de necedad infrahumana. Caleidoscopio de irrealidades fortuitas que desbandan de vez en cuando la inconsciencia de no poder volar más que con aparatos pensados para tal fin…

Su pobreza estaba bien definida como la suciedad de sus ropas, que acartonadamente acompañaban sus movimientos, la insuficiencia reflejada en el brillo de sus ojos hacían buscar en la imaginación el inicio de su desgracia. Firmes esperaban una respuesta satisfactoria, sabiendo las posibilidades de echarla a golpes o realizar un acto violento de discriminación en su miedo quizás de algún pasado catastrófico.

A sus preguntas de negocio y la fantasía de mis ganancias monstruosas llegó la reflexión: “era verdad que tenía mucho más que ella, que comparando era multimillonario”. Eso la hacían intimidarme en mi solidaridad y egocentrismo despectivo de consecuencia existenciales de la cual no fui participe y de la que no me quise hacer cargo y mucho menos en ese momento…

Todos nos preguntamos: ¿Por que guerras y miserias humanas, cuales son las injusticias que envuelven al mundo y hacen que estas desigualdades sean cada vez mas evidente y mas notorias, inevitables? No escupo nunca al cielo, pero quisiera que caiga algo del arriba para aquellos que no tienen y presentan insuficiencias que llevan a la locura y enfermedad…

La imposibilidad de ayudarla en todo sentido, me hizo mirarla una vez más, detenía mis ojos cual fotógrafo, escultor o dibujante artístico, y en todo su esplendor el hambre y la falta de bienes esenciales de subsistencia se hacían notoria; esquivo pensaba en la forma de que se vaya de manera tranquila y pacífica, sin darle nada por que me sentía peor que un discriminador al mostrarle que yo si tengo para regalar y ella no… Quizás estoy errado en mis convicciones pero por lo menos no quería echarla, no ser otro humano “común“ y dejarla estar cuanto quisiera era mi plan más cercano en mi colaboración a una sociedad diferente…

Esa mañana, cuando partió con tranquilidad y casi una sonrisa desdibujada en el rostro, después de decirle fuese al “Ministerio de Bienestar Social”, por que allí la ayudarían; esa mañana reafirme la impunidad y las diferencias sociales que nos están matando.
¿Cuando terminarán?

26 de Marzo del 2008.-

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